Hay una gran diferencia entre ser un judío y un practicante del judaismo: la madre del primero era judía. Dicha característica genera una impronta genética que permite determinar si un individuo es judío o no. Dos interesantes artículos publicados en Nature y The American Journal of Human Genetics revelan que el ADN señala la diáspora de origen de cualquier judio, así como si lo es de nacimiento o no.
Los dos artículos han sido recopilados en el interesante blog http://francisthemulenews.wordpress.com. Ambos estudios aportan nuevos datos respecto a estudios previos, no concluyentes, basados en análisis del cromosoma Y y del ADN mitocondrial.
Ambos, también utilizan micromatrices de ADN (DNA microarrays) que permiten analizar múltiples polimofirmos de un sólo nucleótido. Atzmon et al. han comparado el ADN de 237 judíos de las tres principales diásporas, la asquenazí, la sefardí y la mizrají, con 2800 no judíos, y Behar et al. han comparado 121 judios con 1166 no judíos. La conclusión de estos estudios es clara: dado un ADN anónimo es posible saber si se trata del ADN de un descendiente de judíos y determinar la diáspora de la que partió.
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